La técnica facial. ¿En qué consiste?
Es una técnica de estimulación facial, que se aplica en determinados puntos y zonas de la cara, cuello y el cráneo además de puntos linfáticos, con el propósito de activar las capacidades reguladores y curativas del propio organismo.
A cada órgano del cuerpo le corresponde una zona concreta, que es su reflejo, desde el cual puede ser estimulado. Lo que significa que estas zonas reflejas se comunican con los diferentes órganos internos unificando todo el organismo a través del sistema nervioso central y los meridianos de acupuntura.
También se efectúa una estimulación intensa y profunda sobre los músculos faciales mejorando así el transporte de sangre, eliminando toxinas, oxigenando tejidos y estimulando la producción de colágeno y elastina, sustancias responsables de la buena calidad de la piel.
Consiguiendo unos resultados visibles por lo que es muy valorado a nivel estético. ¿Cuál es su origen?
Sus raíces se encuentran en la medicina oriental y en técnicas ancestrales, sabiduría milenaria. Las doctrinas orientales no conciben la salud –y por tanto la belleza- sin un equilibrio entre cuerpo y mente, y como bien es sabido que “la cara es el espejo del alma”, es esta zona de la anatomía humana la que mejor refleja cualquier desorden o alteración tanto física como mental.
En la actualidad, en su metodología se combinan, además de las técnicas referidas, estudios e investigaciones de neurología moderna. ¿Qué aporta?
Si necesitas aportar juventud y luminosidad a tu rostro y hacer acopio de nuevas energías para afrontar el ritmo de cada día prueba este masaje facial. Esta técnica es un tratamiento que aúna la vertiente estética, al estimular intensa y profundamente toda la musculatura facial, con la vertiente terapéutica, al presionar puntos de acupuntura y drenar el sistema linfático.
Este tratamiento no solo ayuda a la estética del rostro para que este se vea espléndido y joven, sino que también favorece la salud física, emocional y psicológica. Indicado tanto en rejuvenecimiento de pieles envejecidas, con falta de luminosidad, flacidez, arrugas y manchas como en la prevención. Incluso para sentirte más a gusto en tu piel y en tu cuerpo ya que:
- Incrementa el transporte de sangre hacia los tejidos eliminando toxinas, oxigenando y estimulando la producción de colágeno y elastina.
- Tonifica la musculatura facial ayudando a prevenir la flacidez y las arrugas.
- Aumenta la circulación de la piel, favoreciendo la eliminación de células muertas, aumentando la luminosidad y dando un aspecto saludable y juvenil.
- Regula la capacidad de la piel para retener la hidratación creando una barrera emoliente contra la evaporación.
- Mejora la circulación de la energía de los meridianos.
- Produce profunda relajación.
- Se liberan bloqueos produciendo sensación de bienestar interior.
En esta técnica se trata de forma manual la capa superior de la epidermis, pero no solo eso, sino que también llega hasta los meridianos y los nervios faciales, los cuales lograrán equilibrar el rostro y el cuerpo completo. El resultado es una piel luminosa, un rostro sereno y radiante. Atenúa las arrugas y mejora la textura general de la piel.
Los efectos de levantamiento del rostro se perciben inmediatamente (prácticamente desde la primera sesión). Es un tratamiento indoloro. El rostro se deshincha perfeccionando los contornos. Se puede repetir siempre que se quiera.
Resulta muy relajante y al mismo tiempo actúa sobre la salud del cuerpo en general. ¿Cómo se aplica?
Tras una limpieza suave de la piel y con aplicación de aceites biológicos preferiblemente prensados en frío, mezclados con unas gotas de aceites esenciales, se realizan presiones en los diferentes puntos de acupuntura y mapas reflejos que están situados en el rostro, cuello y cráneo (protegiendo el pelo). Se efectua drenaje linfatico en el cuello y hay deslizamientos por zonas concretas de la cara. Así mismo se realiza una estimulación profunda sobre los músculos faciales, Se utilizan productos ecológicos y naturales, los cuales brindan sus propiedades a la piel y actúan rápidamente.
Finalizamos con una mascarilla y una crema hidratante específica. Se trata de un tratamiento integrador, holístico, al trabajar tanto la parte física como psíquica. LAS ARRUGAS. Todos sabemos que ciertas arrugas del rostro se debe a la expresión natural. Se trata de las que rodean los orificios (boca, ojos), que se acentúan cuando se sonríe o se ríe a carcajadas. Por lo tanto, estas arrugas, como creen algunos, no son desagradables de contemplar; al contrario, estas arrugas contribuyen al encanto de un rostro expresivo.
En realidad, para conservar un rostro bello es necesario saber mantener una buena tonicidad de los numerosos músculos que sustentan la piel de la cara. Es evidente que las arrugas no son únicamente un problema aislado y local, sino que se trata de una situación en la cual suele estar implicado todo el organismo. Las toxinas que circulan por nuestra sangre y que se apoderan de los tejidos constituyen factores degenerativos que afectan a todo el organismo y especialmente a la piel.
El sistema linfático es el encargado de transportar y eliminar esas toxinas, pero la mayoría de las ocasiones se encuentra bloqueado y con falta de flujo, por lo que su tarea depuradora se vuelve ineficaz. Existen distintas técnicas de drenaje linfático, la mayoría de ellas consisten en masajes sutiles y precisos sobre los trayectos y los ganglios linfáticos. Por otro lado, existen factores emocionales (psicosomáticos) que también afectan a nuestra piel, sobre todo los miedos que permanecen ocultos en el inconsciente. La linfa es la barrera entre el inconsciente y el consciente. Todas las reacciones inconscientes provocan a su vez reacciones físicas y linfáticas.
“La cara es el espejo del alma”
Tu también puedes aprender esta técnica.